¿Habrá alguna casa que no tenga ninguna crema en el baño?
Sé que no es una pregunta trascendental, ni tampoco busco aportar una reflexión que nadie me pidió.
Pero la hago igual, porque es algo que me genera curiosidad y la quiero compartir con vos.
Me llama la atención que cada vez hay más en mi casa. Los compra mi novia, pero jamás veo el momento en que los trae, y cada dos por tres hay uno nuevo cuando me agacho a buscar el peine.
Uno de ellos, es el potecito de Nivea. No lo había visto, pero estaba bastante añejo, y aún así, dije “vamos a ver qué se puede hacer con esto”.
Repliqué una producción fotográfica que había visto en Pinterest, la usé como molde.
Quería ver lo que era capaz de hacer, esta vez sin la cámara ni el reflector: con el celu, y luz natural.
Busqué mantener ese tipo de imagen de producto, pero sin tener que armar nada, sin complicarme la existencia.
Tampoco usé la IA.
Saqué el pincel de Photoshop, y me senté un buen rato a limpiar el envase, como tu mamá cuando te lavaba las remeras manchadas, de esas que vos creías que no se quitaban.
Cuando lo dejé limpito, pasé a crear los otros elementos de la escena: el anillo de luz del fondo, el podio, y el espejo.
Ah, y la crema. Tenía que aparecer en la foto.
Me sorprendió bastante el resultado final, porque al principio tenía mis dudas.
Pero las mandé al fuego, siempre hay que tirar todas esas sensaciones que aparecen al comienzo, mandarlas a la olla creativa, porque tienen su encanto, le dan un gustito especial a la placa.
Así que, te dejo para que veas la Nivea, un proyecto autoral, encargado por mi y para mi.

-"No tengo un espejo para armar la placa". Ningún problema.
- "Ah! Quedaría bien un podio en la escena, pero no conseguí". Ningún problema.
-"Tengo una lámpara de pie que era de mi abuela ¿Sirve?". No. Igual, ningún problema.
Ahora vení, te voy a mostrar una especie de making of que hice en su momento para registrar el proceso. Está filmado con el celu, te lo aclaro para que no esperes una gran calidad. Me interesa compartir con vos desde dónde partí. Dale play.
¿Qué quise mostrarte en este proyecto? Que casi no hay diferencias entre pensar en cocinar un plato y una placa. Ya sé que suena romántico o poético, pero para mí funciona igual. Es lo mismo que sucede cuando no solo no sabés qué cocinar, sino que además, lo que tenés en la heladera parece que está para tirar. Entonces, ahí es cuando te visita la creatividad, sin ningún misticismo, para darle una vuelta de rosca al asunto. Está ahí, al servicio tuyo, al servicio mío.