No sé si hay una planta tan noble como el aloe. Lo digo en serio, de verdad que no lo sé.
Cada vez que la veo en el jardín de alguna casa, me acuerdo de la cantidad de veces que me quemé, especialmente cuando era muy bajito, me vivía quemando con pirotecnia.
Después, ya de grande, lo seguí usando (hasta el día de hoy) para otros fines.
Y se ve que el instagram, no solo te escucha.
Te lee los pensamientos.
Porque no había tipeado nada de aloe, y me apareció una publicidad de Naturaloe.
Y, como de costumbre cuando me pasa eso, me quedo un rato largo viendo la gráfica de cada marca.
Me puse a chusmear, y encontré un envase en una resolución bastante acorde como para ponerme a jugar.
Así que, encendí las hornallas, y lo mandé derecho a Photoshop para hacer un proyecto autoral, es decir, que nadie me encargó. Yo me lo encargué.
Pero antes de eso, había pensado un escenario, completamente natural, con aloe obvio, y con un espacio para colocar la botella de shampoo.
Quería lograr una imagen donde vos la vieras y no pudieras darte cuenta de que se trató de un montage.
El envase tenía que estar realmente puesto ahí, en el agua, en su lugar de origen.
Ya con el escenario en mano, lo que me quedó por hacer, fue colocar el envase ya limpito, completamente retocado, para que encajara en la imagen final.
Pero faltaba algo, un detallito que hacía la diferencia, para cerrar la placa.
La florcita que está en la base, justo en una esquina. Ya la vas a ver.
Sin ella, la placa no hubiera tenido el mismo impacto.
Más que curativo, parece que las plantas tienen un poder creativo.

No puedo leerte los pensamientos como el instagram, pero apuesto muchas fichas a que la imagen te dio una sensación de frescura. Sabés a qué me refiero: esa inigualable sensación refrescante que te da sentarte en las piedras a la orilla del río. Más aún, si ese río tiene unas cascaditas como la que aparece en la escena.
Mucho verde, mucha naturaleza, para transmitirte esa tranquilidad, y ese poder curativo de las plantas. Las plantas de aloe, aparecen para dejarte claro que todo ese poder está en el envase, y al usar el producto, automáticamente te lleva a ese paisaje que te renueva el espíritu.
¿Pasamos a ver el antes y el después? Deslizá la línea para los costados en la imagen que sigue.
Ahora, hablando con un poquito más de técnica (aunque sin tecnicismos para no aburrirte), mirá el envase. No hizo falta mucho retoque en profundidad, porque la imagen que encontré estaba bastante bien. Fue un tratamiento más leve, para ambientar y que encajara en la escena, para que tuviera la luz del paisaje. Y lo que te decía al principio: la florcita. Fijate el poder que tienen los detalles, cómo una pequeña pieza impacta en la placa a nivel estructural.