Una de las tantas cosas que admiro, es el talento que tienen algunos diseñadores para hacer ilustraciones únicas, de esas que las ves y te cautivan al instante.

Eso me pasó cuando vi el packaging que diseñó la agencia Pozzi para la cooperativa Maspura que produce azúcar mascabo orgánica, en Misiones (Argentina). Después me enteré que es la que le provee la materia prima a Cachafaz, una tremenda marca argentina con presencia internacional muy fuerte.

La cuestión es que, conversando con Diego (el director creativo de la agencia), me comentó que tenía ganas mejorar la presentación del packaging.

Me había dicho que no le gustaba el mockup, y que en sí la placa no lograba transmitir el pedazo de diseño que habían logrado, y por el que recibieron premios.

Ahora se les venía un certamen, así que era un buen momento para salir con todo.

Entonces, le sugerí 2 esquemas. 

Uno realista donde mostramos en detalle el frente y dorso del envase, destacando el diseño original y enriquecido. No solo cambiamos el mockup por uno que, si te fijas, no parece mockup, sino que lo ubicamos en un escenario natural, que mantiene una conexión directa con el universo del producto.

Eso, sin sacar una sola foto. Sin usar ninguna foto, solo la ilustración.

Y el segundo esquema, 100% artístico, pero con un tono realista. Quiero decir,  no cortamos y pegamos.

Mientras intercambiamos ideas, le dije a Diego una idea que se me había venido: el envase en un tamaño gigante, colocado en el centro de la escena, con los trabajadores alrededor.

Fue un desafío muy grande, porque queríamos lograr el máximo realismo posible. Acordate que lo iba a ver gente de alto nivel, ya no solo un potencial cliente.

Entonces hicimos varios ajustes del escenario, para que las piezas encajaran.

El detalle distintivo de la placa más creativa, es la de la señora que está como sosteniendo el envase, y mirándolo con orgullo, con cariño. Eso es un detalle que hace la diferencia, cambia por completo el impacto de la placa.

Las dos placas las hice con IA. 

Y no, no es soplar y hacer botellas. Es mucho más que teclear unos prompts y esperar el plato ya listo.

Hubo que trabajar con el tiempo y el ojo que cada parte necesitaba. 

El resultado creo que habla por sí solo.

Y, te repito, no sacamos ni una sola foto.


Este fue el punto de partida. Esta era la imagen que tenía la agencia Pozzi para mostrar el diseño del packaging. Tal vez te parezca que está bien, que se notan las ilustraciones, en general todo se ve claramente. Es verdad.

Pero, entre vos y yo, no le hace justicia a tremendo trabajo. Mirá el pedazo de ilustración que se mandaron, decime si no se merecía brillar más.
¿Cómo lo ves ahora? Mirala con calma, quedate un ratito y decime qué te transmite. Parece que están en su lugar de origen, realmente ahí, ¿no?

Ahora, pensá que sos de la agencia Pozzi y tenés esto para mostrar en el jurado y en tu web, tu vidriera virtual ¿Cómo crees que la gente va a percibir tu trabajo?


Y acá, la placa artística. Esta ahí el envase, terminando de quedar listo, gracias al trabajo de los trabajadores de la tierra. Está cayendo el sol, y parece que la jornada terminó.
La doña está contenta, orgullosa del producto que hicieron. Fijate con el cariño que lo sostiene, como una madre que termina de peinar con amor a su hijo para mandarlo a la escuela.

Esta placa tiene más que IA y Photoshop: está cargada de emociones. 
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